Los poblados castreños suelen erigirse en colinas despejadas, promontorios rocosos o penínsulas que se adentran en el mar, lo que facilita la visibilidad, la defensa y el dominio del contorno.
Los castros costeros son de planta variada, aunque suelen ser redondos u ovalados adaptándose al terreno. Las defensas naturales del lado del mar se ven complementadas con murallas y fosos hacia el interior.
El castro de Baroña se encuentra muy cerca a Porto do Son (A Coruña).
El castro de Baroña fue ocupado entre lo siglos I a.c a I d.c. es de tipo marítimo tanto por su ubicación como por el medio de vida de sus habitantes. Se encuentra situada en una pequeña península rocosa separada de la tierra por un istmo de arena.
En el istmo que une el poblado al castro nos encontramos con la primera medida defensiva. A continuación una segunda muralla formada por dos muros paralelos de piedra y arena. Antes de llegar a la muralla principal que rodeaba el castro, tenemos las dos primeras murallas paralelas que servían de primera defensa.
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