La música del móvil comienza a sonar incesantemente, rompiendo el silencio reinante en la casa, indicándome que ya son las seis de la mañana y es hora de levantarse como había previsto el día anterior. Hay dos preguntas que me hago, frecuentemente, cuando madrugo un fin de semana ¿qué necesidad....? y ¿para qué? y la respuesta es siempre la misma no faltar a mi cita con la montaña, la cuál consigue que los problemas de la rutina diaria se me olviden durante el tiempo que paso junto a élla. Es cierto que no siempre hace falta madrugar tanto, aunque ya se sabe, "sarna con gusto no pica", pero en este caso tal madrugón era necesario y obligatorio por dos motivos, uno de éllos es que mi intención era conseguir captar e inmortalizar con mi cámara las primeras luces del día desde la cima se Siete Picos, en el Parque Nacional de Guadarrama y para éllo tenemos que ir hasta el Puerto de Navacerrada, y aquí está la segunda razón, todos los madrileños saben, que cuando en Navacerrada hay nieve o te sacudes pronto la pereza y te escapas rápido de los brazos de morfeo o no subes al puerto y si lo haces es después de soportar interminables caravanas, con el consiguiente riesgo de llegar y no tener sitio en el parking.
Después de echas estas reflexiones, hizé todo lo que hago normalmente, cuando me levanto,es decir, me aseo, me visto, pero en esta ocasión con la ropa de montaña (ya sabeís por capas para evitar el frío de la montaña en invierno), y lo que nunca me puede faltar para acabar despejarme el café.
Son ya las seis y veinte, me pongo la mochila a la espalda, que había preparado la noche anterior con todo lo necesario, para ir a la montaña en invierno: guantes, guetres o polainas, pasamontañas, bastones, crampones, botas, chubasquero y aunque no son imprescindibles las raquetas ... y como mi intención era plasmar la montaña cubierta de nieve, mi cámara ¡ah! se me olvidaba agua y algo para picar (chocolate, frutos secos ....)
Llegado este punto sólo queda ir a por el coche y ponernos en marcha. A pesar de lo temprano, pasado el pueblo de Navacerrada, empezamos a subir en caravana fluída y envueltos en una densa niebla por lo queda descartado disfrutar del amanecer.
Comenzamos desde el aparcamiento del restaurante Venta Arias, paralelos a las pistas de esqui y envueltos en una densa niebla, que nos acompañará durante todo nuestro recorrido. La cantidad de nieve acumulada hace que en muchos tramos nos hundamos hasta la rodilla, dificultando nuestra marcha.
Alcanzamos el Alto del Telégrafo y a unos 100 metros llegamos a la pradera de Siete Picos, desde donde comenzamos a superar el principal desnivel de la ruta.
Superada la loma de un kilómetro aproximadamente y un desnivel de 150 metros, nos encontramos con fuertes ráfagas de viento y el terreno pasa de ser nieve a hielo, con lo que tenemos que hacer un alto para colocarnos los crampones.
Entre la ventisca y la niebla, la visibilidad era nula. Logramos llegar a las inmediaciones del 2º pico desde donde comenzamos el descenso de unos 600 metros hacia la pradera del Ventoso.
Nada más iniciar el descenso el viento cesó y volvimos a pisar nieve. Una vez alcanzada la pradera nos tomamos un pequeño descanso que aproveché para sacar alguna fotografía y charlar con otros excursionistas.
Desde aquí cogimos el camino de Smith para retornar al punto de partida
A cada paso que daba por el camino de Smith, la soledad, la tranquilidad, el silencio, que nos acompañó durante toda la ruta iban desapereciendo poco a poco, dejando paso a los ruidos provenientes de las pista de esqui, donde multitud de familias se habían concentrado para disfrutar de la nieve.
Me gustaría hacer un llamamiento, y es que a todo el mundo que amamos la naturaleza, y disfrutamos en la montaña, bosques, montes,... queremos encontrarla limpia cada vez que vamos. Mi experiencia y la de muchos, es que cuando hay una masificación como por ejemplo esta habiendo estos días en el Puerto de Navacerrada o en otros muchos lugares, mucha gente tira los desperdicios al suelo, contaminando nuestras montañas, bosques, en general, destruyendo nuestro mejor legado LA NATURALEZA. Cuidemos nuestro medio ambiente, no nos cuesta nada en vez de tirarlo al suelo, guardar los desperdicios en una bolsita y depositarla a la vuelta en un contenedor. GRACIAS
Alcanzamos el Alto del Telégrafo y a unos 100 metros llegamos a la pradera de Siete Picos, desde donde comenzamos a superar el principal desnivel de la ruta.
Superada la loma de un kilómetro aproximadamente y un desnivel de 150 metros, nos encontramos con fuertes ráfagas de viento y el terreno pasa de ser nieve a hielo, con lo que tenemos que hacer un alto para colocarnos los crampones.
Entre la ventisca y la niebla, la visibilidad era nula. Logramos llegar a las inmediaciones del 2º pico desde donde comenzamos el descenso de unos 600 metros hacia la pradera del Ventoso.
Nada más iniciar el descenso el viento cesó y volvimos a pisar nieve. Una vez alcanzada la pradera nos tomamos un pequeño descanso que aproveché para sacar alguna fotografía y charlar con otros excursionistas.
Desde aquí cogimos el camino de Smith para retornar al punto de partida
A cada paso que daba por el camino de Smith, la soledad, la tranquilidad, el silencio, que nos acompañó durante toda la ruta iban desapereciendo poco a poco, dejando paso a los ruidos provenientes de las pista de esqui, donde multitud de familias se habían concentrado para disfrutar de la nieve.
Me gustaría hacer un llamamiento, y es que a todo el mundo que amamos la naturaleza, y disfrutamos en la montaña, bosques, montes,... queremos encontrarla limpia cada vez que vamos. Mi experiencia y la de muchos, es que cuando hay una masificación como por ejemplo esta habiendo estos días en el Puerto de Navacerrada o en otros muchos lugares, mucha gente tira los desperdicios al suelo, contaminando nuestras montañas, bosques, en general, destruyendo nuestro mejor legado LA NATURALEZA. Cuidemos nuestro medio ambiente, no nos cuesta nada en vez de tirarlo al suelo, guardar los desperdicios en una bolsita y depositarla a la vuelta en un contenedor. GRACIAS
Un apunte que quiero hacer, para realizar cualquier actividad de montaña y en especial y digo en especial en invierno hay que ir muy bien preparados, tanto con material necesario para la estación en la que nos encontremos (por ejemplo crampones, piolet en invierno), abrigo, agua, alimento y algo que es muy importante e imprescindible, pero que casi nadie lleva es el mapa, brújula (por supuesto saber usarlo) y un GPS.
ResponderEliminarDigo todo esto, ya que la gente se confía demasiado y piensan que por ser montañas accesibles no puede pasar nada, pero como podemos comprobamos año tras año, en especial en invierno, no paran de suceder accidentes por imprudencias.
Sin ir más lejos en esta excursión nos encontramos con un hombre que estaba desorientado, debido a la niebla y la ventisca. Recordar que no hay montaña fácil y nunca perder el respeto a la naturaleza, que incluso un día agradable, puede cambiar y convertirse en un día muy desapacible.
Últimamente debido a las modas, estoy viendo hacer muchas burradas en este entorno. Por lo cual mucha precaución y usar la cabeza (si hace mal tiempo y no vais preparados , quedaros tomando un buen bocadillo de tortilla y un buen café calentito, que no merece la pena jugarse el tipo por nada).
Gracias por tu comentario, no puedo estar mas de acuerdo
ResponderEliminarPreciosas las fotos, Miguel; como siempre, y muy artísticas. Y muy interesantes y útiles vuestros consejos sobre la montaña. Ahora tendremos que empezar a practicar, y a aplicarnos muy bien el cuento con lo que nos aconsejáis.Muchas gracias a esos dos hermanos "titanes" montañeros por compartir un poquito de vuestra experiencia. Un abrazo a los dos.
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