martes, 27 de enero de 2015

De Collado Hermoso a La Picota

Las ansiadas nevadas han llegado, un poco tardías, tapizando nuestros bosques y montañas de un blanco inmaculado. Con éllas aparecen los terribles atascos para acceder al Puerto de Navacerrada y alrededores, llenándose de multitud de gente de todo tipo con un único deseo el de disfrutar de la nieve. Muchas de estas personas no suelen visitar las montañas y sólo lo hacen en estas ocasiones especiales, y lo hacen sin ningún tipo de precaución en la manera de acceder a éllas, tan sólo piensan en disfrutar, sin pensar que estan en un lugar no habitual en el cuál hay que llevar un tipo especial de ropa de abrigo, y sobre todo muy pero que muy importante el calzado (es obligatorio llevar botas de montaña) y no como van muchos con zapatillas de deportes, zapatos de calle. Muchos de los accidentes que se producen es debido al tipo de calzado que se lleva y como siempre a las imprudencias que se cometen, por éllo quiero hacer un llamamiento a estas personas, que suban sabiendo a donde van y preparados para esas condiciones y sobre todo cuidando y respetando nuestro medio ambiente.

Por todo éllo y para evitar sufrir la masificación de esta zona en concreto, decidimos, aunque ya lo teníamos pensado, el buscar nuevos lugares, para mí desconocidos.


Salimos de Madrid por la A6 y entramos en la provincia de Segovia en busca de Collado Hermoso, pueblo enclavado al pie del Parque Nacional de Guadarrama pero en su vertiente segoviana.

Collado Hermoso que con su nombre nos recuerda que sus primeros repobladores utilizaban una referencia topográfica un collado (depresión suave por donde se puede pasar  fácilmente de un lado a otro de una sierra) para ubicar la villa. Como otros lugares de su entorno también perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza.

A comienzos del siglo XII, Collado Hermoso era posesión de los prelados de Segovia, los cuales lo donan a los monjes de San Benito y éstos a la abadía de Sacramenia y posteriormente a la de Valbuena. Como consecuencia de esta donación a principios del siglo XIII se funda el monasterio cisterciense de Santa María de la Sierra, cuyas ruinas románicas-góticas pueden verse a menos de kilómetro y medio de la villa, aunque hoy día permanecen detrás de una valla, ya que aunque fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931, es una propiedad privada.

Emprendemos la marcha siguiendo la calle Camino de los Molinos, que nos irá sacando de la villa hasta llegar a una puerta giratoria en la que nos indica que es coto de caza.



Desde aquí comienza la senda forestal que seguiremos flanqueados por  gran cantidad pinos y robles.



Pasados unos metros alcanzaremos una bifurcación, tomando el ramal hacia la derecha donde empezaremos a subir lo que será el principio de una larga ascensión de unos 800 metros de desnivel.



Cuando aún nos falta un poco más de la mitad para alcanzar nuestro objetivo comenzamos a disfrutar de unas magníficas panorámicas, pudiendo intuir la cima



Todavía nos queda subir el tramo con mayor desnivel para poder conseguir nuestro objetivo La Picota (1.900 metros). La ascensión la realizamos acompañados por temperaturas gélidas y viento, pero os aseguro que el esfuerzo mereció la pena, ya que incluso antes llegar las vistas impresionan


Detrás de la formación de piedras, apenas unos 200 metros se encuentra la tan deseada cima o como yo la denomino cariñosamente "cimita" 


Y una vez arriba en el pico La Picota



Y ahora tocaba bajar. Los mas curioso fue que desde el principio que empezamos y hasta el regreso no nos encontramos a nadie pero a nadie toda la montaña para nosotros que gozada.

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